La banda californiana actuó los días 1 y 2 de octubre en el Palau Sant Jordi de Barcelona, ambos conciertos con las entradas agotadas. Los 34.000 asistentes disfrutaron de su esperado reencuentro sobre el escenario ya que hacía cinco años que no actuaban en nuestro país. Un doble show en el que presentaron su nuevo disco “Getaway” junto a varios de sus temas antiguos convertidos en clásicos del sonido punk-funk tan característico de la formación. El pabellón se convirtió en un espacio de tecnología gracias a un tradicional juego de luces junto a una innovadora propuesta: ciento de pequeñas lámparas que cambiaban de color y se movían por encima del público.
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